La fatiga zoom: el estrés del teletrabajo y la vida digital

09.06.2020

Expertos de distintos países han advertido sobre esta situación, producto de la primacía de las pantallas, ocasionando un tipo de cansancio que puede ser más extenuante que el físico 

La mediatización de la relación social puede producir un efecto de fragilización psíquica debido a la escasez del contacto físico, ocasionando un efecto de desensibilización emotiva, de soledad relacional y de fragilidad psicológica

Cansancio sin necesidad de una jornada extenuante de trabajo fisíco o intelectual, es uno de los principales efectos de la separación entre lenguaje, cuerpo y afectividad, que provoca el cumplimiento de las tareas escolares o laborales, a través de los medios tecnólogicos. En especial aquellos que nos requieren fijar la mirada, como zoom , google meet o video llamadas.

No obstante los impactos de la pandemia en nuestra psiquis son siempre singulares. De la misma manera que el covis-19 afecta de modos diversos, desde la ausencia de síntomas hasta la muerte, a nivel de salud mental ocurre algo similar.

La virtualización del contacto físico y la indistinción entre los tiempos de trabajo y ocio son una tendencia de más larga data, pero que ahora producto de la pandemia se ha naturalizado y agudizado.

La fatiga zoom o del Teletrabajo se debe a la limitación de otros recursos expresivos, ausencia por ejemplo, de silencios como material comunicativo y la fjación a un solo espacio de trabajo, pero que a la vez es el único espacio de vida.

Esta única versión de sí mismos además, nos produce un cansancio de nosotros. Nuestra imagen personal en general, es sostenida por distintos roles y ritos que desarrollamos a diario: contactos, rutinas, intimidades y sociabilidades diferenciadas, que ahora se ven reducidas al mínimo, y a una sola referencia: la digital, produciendo un cansancio o tedio de si mismo, circunscritos a un solo rol.

Por otra parte, lo que se denomina como teletrabajo, en la práctica son jornadas donde no se distingue el tiempo de descanso del laboral, debido a la atención constante por eventuales llamados y solicitudes. Es una uberización de la jornadas, una movilización ininterrumpida de las energías mentales sobre fragmentos de tiempos, muchas veces sin límites claros. Esto provoca alteraciones a nivel congnitivo, como la atención y memoria, así como a niveles emocionales.

Estos dolores sociales no se curan en el divan. Requieren intervenciones en el contexto económico, social y cultural que habrá que abordar en el tiempo pospandemia, como por ejemplo la precarización de la experiencia del teletrabajo, de manera de no relegar la salud mental al ámbito sanitario

No obstante lo anterior, la tecnología ofrece altenativas relevantes en tiempos de aislamiento social, la posibilidad entre otras, por ejemplo, de tomar contacto con amistades y familia, que deben ser aprovechadas. Pero es necesario para reducir algunos efectos no deseados, limitar el número de encuentros virtuales donde la mirada y constante atención nos fatigan. La sola voz puede ser también una alternativa de sostén , donde la imaginación, el descanso visual y la atención flotante y no exclusiva puedan ser alternativa para los contactos